Me he hallado a mi misma en lo hondo de un pozo profundo, oscuro, apartado de cualquier manifestación de vida, solo una gota de agua que cae cada cierto tiempo en lo que parece ser un charco y rompe el silencio que provoca la soledad, a lo lejos se pueden escuchar aún aquellos que hasta hace poco estaban jugando conmigo, a quienes cause admiración por el brillo de mis alas, lo esplendoroso de mi vuelo y sintieron envidia de mi jugueteo con el viento y con la luz, sin saber como de un momento a otro estuve en sus manos, todo sucedió tan rápido que no logro recordar, iba al sol me acercaba cada vez más a su luz, su calor me cobijaba me daba vida, luego se nublo mi visión y mis alas se encontraban cubiertas de un liquido pegajoso y dulce como el néctar de las flores, después solo fui abandonada aquí, en la inmensidad en la soledad y en la oscuridad, temo tanto a ella, a empezado a llover y no tengo donde refugiarme, cada gota de agua que cae lastima mi frágil estructura siento el peso de la vida sobre mi, es refrescante pero al mismo tiempo es doloroso, después de aparentemente una eternidad de sufrimiento cesa la lluvia, estoy flotando a la superficie del charco que se ha convertido en mar, en la profundidad solo pensaba en salir y ahora que estoy afuera extraño el fondo en el que recordé la belleza del mundo creado para mi, in imaginado, ese bosque rodeado por la inmensa belleza de un azul como el de sus ojos, nubes copito, eucaliptos y sauces que en su base guardaban un tesoro incalculable. Por fin, la luz del sol alumbro y con sus destellos deslumbro mi corazón, ha revitalizado el mundo que me rodea nuevamente y me brinda la energía para recuperar mi vuelo y regresar a ti.
martes, abril 25, 2006
Mariposa
Me he hallado a mi misma en lo hondo de un pozo profundo, oscuro, apartado de cualquier manifestación de vida, solo una gota de agua que cae cada cierto tiempo en lo que parece ser un charco y rompe el silencio que provoca la soledad, a lo lejos se pueden escuchar aún aquellos que hasta hace poco estaban jugando conmigo, a quienes cause admiración por el brillo de mis alas, lo esplendoroso de mi vuelo y sintieron envidia de mi jugueteo con el viento y con la luz, sin saber como de un momento a otro estuve en sus manos, todo sucedió tan rápido que no logro recordar, iba al sol me acercaba cada vez más a su luz, su calor me cobijaba me daba vida, luego se nublo mi visión y mis alas se encontraban cubiertas de un liquido pegajoso y dulce como el néctar de las flores, después solo fui abandonada aquí, en la inmensidad en la soledad y en la oscuridad, temo tanto a ella, a empezado a llover y no tengo donde refugiarme, cada gota de agua que cae lastima mi frágil estructura siento el peso de la vida sobre mi, es refrescante pero al mismo tiempo es doloroso, después de aparentemente una eternidad de sufrimiento cesa la lluvia, estoy flotando a la superficie del charco que se ha convertido en mar, en la profundidad solo pensaba en salir y ahora que estoy afuera extraño el fondo en el que recordé la belleza del mundo creado para mi, in imaginado, ese bosque rodeado por la inmensa belleza de un azul como el de sus ojos, nubes copito, eucaliptos y sauces que en su base guardaban un tesoro incalculable. Por fin, la luz del sol alumbro y con sus destellos deslumbro mi corazón, ha revitalizado el mundo que me rodea nuevamente y me brinda la energía para recuperar mi vuelo y regresar a ti.
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7 comentarios:
Tu sabes que yo puedo ser una hoja en la que te puedes cubiri mientras que pasa la tormenta, mi dulce y fragil mariposa
Como desearia poder expresar lo mismo...... a diferencia que la vida me confunde con sus ironias... y me deja perplejo ante la indiferencia de su auxilio....
bastante expresivo.
Tengo un gato triste dibujado en la pared
si te fijas en su pelo
encontraras las huellas de tus manos
Tengo una mariposa bailadora,
llena de una nostalgia abrumadora,
tiene entre sus alas el aroma
de los besos y los ojos de una suerte de gitana.
Tengo la más bella de las hadas
que revolotea en la ventana
a la espera de noticias
que me trae la mañana.
Tengo tanta y tanta soledad acumulada
que tus besos me urgen
que mis caricias te llaman
dónde te escondes
libélula de praderas encantadas.
Desearía tener el vuelo de una libélula y suspenderme en el aire, para que no transcurran segundos, ni minutos ni horas y quedarme al pie de tu ventana y conservar así el sueño que te ronda, que permite que tu imaginación vuele y te lleve a mi lado; para que el dulce susurro que expelen tus labios llenen los vacíos de mi alma y tus besos revivan la esperanza perdida en el fondo de un pozo al que ahora no quiero regresar.
puede ser la pagina en blanco
el silencio de los viejos
la noche en farsalia
puede ser
puede ser la limpia tortura del que ha vuelto
la calma que se respira en el cadalso
las hojas los troncos las semillas pueden ser
puede ser la luz que que no permite
la oscuridad ascechante
el miedo al despilfarro
puede ser la piel del que está ausente
puede ser
Juego mi vida!
¡Bien poco valía!
¡La llevo perdida
sin remedio!
Erik Fjordsson.
Juego mi vida, cambio mi vida,
de todos modos
la llevo perdida...
Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo,
la dono en usufructo, o la regalo...
La juego contra uno o contra todos,
la juego contra el cero o contra el infinito,
la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito,
en una encrucijada, en una barricada, en un motín;
la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin,
a todo lo ancho y a todo lo hondo
—en la periferia, en el medio,
y en el sub-fondo...—
Juego mi vida, cambio mi vida,
la llevo perdida
sin remedio.
Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo,
la dono en usufructo, o la regalo...:
o la trueco por una sonrisa y cuatro besos:
todo, todo me da lo mismo:
lo eximio y lo rüin, lo trivial, lo perfecto, lo malo...
Todo, todo me da lo mismo:
todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo
donde se anudan serpentinos mis sesos.
Cambio mi vida por lámparas viejas
o por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil:
—por lo más anodino, por lo más obvio, por lo más fútil:
por los colgajos que se guinda en las orejas
la simiesca mulata,
la terracota nubia;
la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia:
cambio mi vida por una anilla de hojalata
o por la espada de Sigmundo,
o por el mundo
que tenía en los dedos Carlomagno: —para echar a rodar la bola...
Cambio mi vida por la cándida aureola
del idiota o del santo;
la cambio por el collar
que le pintaron al gordo Capeto;
o por la ducha rígida que llovió en la nuca
a Carlos de Inglaterra;
la cambio por un romance, la cambio por un soneto;
por once gatos de Angora,
por una copla, por una saeta,
por un cantar;
por una baraja incompleta;
por una faca, por una pipa, por una sambuca...
o por esa muñeca que llora
como cualquier poeta.
Cambio mi vida —al fiado— por una fábrica de crepúsculos
(con arreboles);
por un gorila de Borneo;
por dos panteras de Sumatra;
por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra—
o por su naricilla que está en algún Museo;
cambio mi vida por lámparas viejas,
o por la escala de Jacob, o por su plato de lentejas...
¡o por dos huequecillos minúsculos
—en las sienes— por donde se me fugue, en grises podres,
toda la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...!
Juego mi vida, cambio mi vida.
De todos modos
la llevo perdida...
León de Greiff
Ese es un poema llamado "relato de Sergio Stepansky", un regalo para ti departe de León
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