miércoles, abril 19, 2006

Sonata

Que tanto podemos llegar a conocernos a nosotros mismos, sí el desden con el que nos miramos a diario en el espejo, nos permite entre ver que cada día que hemos vivido perdimos una oportunidad, que hemos dejado de hacer o decir o sentir, etc… (sí, es un cliché), típico después de una situación que afecta el curso normal de nuestras vidas y las modifica, las cambia y el camino que estábamos recorriendo se ve entre cortado por situaciones de un mundo externo, que muy a nuestro pesar, afectan directamente nuestro mundo interno. Eso me esta pasando, se ha descontrolado mi vida en menos de 2 semanas, otra vez… Bueno no hay nada que pueda hacer, más que aceptar mi naturaleza humana y como siempre permitir que la vida siga su curso y adaptarme a las nuevas circunstancias y responsabilidades, y de nuevo, descubrir en mi habilidades que creo que me tocara desarrollar a la fuerza (otra vez), y permitir que mis defectos salgan a flor de piel y me ayuden a perder el control que aparentemente había alcanzado.
Una de las personas que siempre ha estado a mi lado apoyándome debió partir a crear un nuevo mundo, ella que tuvo la sana costumbre de hacerme saber lo que debo corregir a tiempo, y aunque no parezca, que quiere a esa extraña que llegó a su vida a turbar la tranquilidad de su mundo y el de su hermana, a invadir su espacio, quitar la atención de sus padres y amargar su vida con el llanto insoportable de una niña mal criada, egocéntrica y egoísta; la misma que de vez en cuando, con su figura de hermana mayor, se sentaba a mi lado a consentirme en mis momentos de tristeza y hacerme dormir con la técnica “piojito”, a alegrarme la vida con su esperanza, con su mirada que me hacia comprender que aún soy la misma niña mal criada que debe crecer de una vez, para hacerse responsable de sus actos y ayudarle con el peso que lleva en sus hombros, la misma que sirvió como figura paterna cuando la verdadera falló, respaldo y apoyo, mantuvo y sostuvo mi núcleo familiar para que no se perdiera, a ella que emprende nuevos caminos que empieza a vivir una vida llena de cosas nuevas, que se aleja para continuar el ciclo de la vida (si el mismo ciclo de vida del Rey León) a quien debo dejar ir sin poder hacer nada y aceptar que se aleje de mi mundo para quedarme nuevamente sola, para sentirme desamparada y sin amigas ni apoyo.
Es tan difícil desprenderse de los recuerdos, los momentos y la dicha que las personas que nos han rodeado, y realmente nos han querido, nos han brindado… sigo siendo la misma egocéntrica de siempre, no he querido mirar a mi alrededor y detenerme a analizar verdaderamente las situaciones y aceptar el amor de las personas que están y han estado a mi lado, no me he permitido el amar a los otros por pensar en llenar necesidades vanas, no me queda mas por hacer que redimir mis acciones y finalizar el comportamiento que he llevado conmigo durante estos años, espero que algún día me pueda perdonar a mi misma por todas y cada una de las veces que me he fallado, y que logre a corto plazo, demostrar el afecto que siento por aquellos que están a mi alrededor y dar mas atención a los pequeños e insignificantes detalles que realmente tienen relevancia, para que la niña tonta que tengo dentro mí logre comprender que solo ahí un aquí y un ahora para disfrutaren el que solo se puede sentir, disfrutar y gozar de quienes están a tu lado.
Para ella extiendo las palabras de un filosofo no tan antiguo, que me permitieron reevaluar mi felicidad, que quería y como lo quería, y tal vez puedan servirle en un momento de soledad “La felicidad es ese punto entre la vida y la muerte de aquellos que supieron sacarle provecho a sus realidades”