lunes, julio 24, 2006

Introspección



Llega la época más bella del año donde todo cambia de color, olor y sabor…. Sí, me refiero a las vacaciones, a mis vacaciones para ser más exacta. Ese tiempito que tienes para olvidarte del mundo y descansar en los brazos de Morfeo, deleitándose con un margarita a la orilla del mar o en el peor de los casos con un piña colada junto a la piscina de un hotel melgareño, sin importar las circunstancias, son vacaciones y espero descansar de todo; tener tiempo para revisar mis prioridades, mis habilidades y debilidades, determinar cuales me agobian, que es lo que me hace sentir mal… claro, tengo definidas dos que tres desde hace tiempo.

Una vez detectados esos sentimientos y situaciones, entrare a solucionarlos inmediatamente y desde ese punto y siguiendo el consejo de un buen amigo empezare a hacerle caso a mis instintos… a las corazonadas.

Empezare a cultivarme y estaré por encima de personajes y situaciones complejas que hasta el momento me han ganado la partida…

Amanecerá y veremos pero es el punto de partida para disfrutar mi tiempo a solas (bueno si no consigo un modelo como el de la foto para pasarlas).

1 comentario:

Cesar de Farsalia dijo...

En el día de la noche simple,
Cuando duerma
-Al fin-
Bajo dulces flores de cicuta,
Recuerda
¡Oh parca!
Diosa de las flores silvestres,
De alados pies,
Y dedos galopantes,
Que me encadenaste
A tus caprichos insolentes,
Que prendiste mi corazón
A tu perfume,
Que quebraste mi voluntad
Como a una espiga.

Recuerda
¡Oh dulce!
Adamantina
Prestidigitadora,
Mantis citadina,
Que robaste mi futuro
Y sembraste mi pasado
Con orquídeas.
Que alelaste mi corazón
Con tu sonrisa,
Que sanaste mis lamentos
Con tus labios.

El día de la noche simple,
Cuando el no ser
Entre a mi vera,
Recuerda,
¡Oh sibilina!
Esa otra noche de dionisiaca lumbre,
Recuérdala, oh Maga cortaziana,
Para después olvidarme
Para siempre.