martes, noviembre 15, 2005

Timoteo



Hace poco he tenido la grata sorpresa de encontrarme con alguien especial y poder tomar con él una cerveza en un lugar muy curioso, donde se puede disfrutar de un panorama bastante peculiar... En el lugar donde estábamos se podía apreciar claramente al gordito del primero haciéndole ojos a la mesera para que subiera a atendernos y le dejáramos de fastidiar y para que le fuera posible establecer una conversación con las dos "niñas" con las que estaba. A la izquierda los veteranos, esos se que escapan con los y las compañeras de trabajo a disfrutar de unas agrias para olvidarse de los problemas hogareños por un momento. Arriba, las viejas al lado de nuestra mesa (en corrillo) chismorreando y una que otra haciéndole ojitos a mi acompañante, tratando de disipar así su frustración ante flamantes "acompañantes que les consiguieron la única pareja que parecía estar en ambiente. Y al fondo en la penumbra, el caballero quitando la unica luz que generaba un ambiente informal con su muy preciado tesoro, el cual despues de dos cervezas explotaria para redimir así la inversión en una recidencia en Chapinero. Y nosotros disfrutando de la noche mientras nos sea posible y rajando del mundo, de las tarjetas de Timoteo y esa clase de regalos cursi que nunca dimos, y por supuesto, con la canción del muerto como cierre de una noche espectacular.